Antonio Jesús Serrano Castro
Aprendiz de jurista y humanista, con la inquietud aún latente por conocer y redescubrir, por reflexionar y ver un poco más allá que ayer, no deja que se apague esa llama de indagar en los más variados temas. Ya le gustaría ser un ser humano de esos que llaman del Renacimiento. Imbuido por esa necesidad llega a que lo califiquen –y muy honrado por ello- de polifacético.
Decantado por las humanidades, las ciencias le comen de curiosidad por dentro. Aún recuerda a aquél profesor suyo de Física del memorable Instituto de El Palo en Málaga, que le intentaba convencer para que encaminara sus pasos por esta rama y que al parecer se enfadó cuando se enteró que el camino escogido era el del Derecho. Le agradecerá siempre el interés que le despertaron aquellos años. De este modo guarda aún el disfrute que tuvo en esa época por las rocas y minerales, junto a ese anhelo infantil por ser astronauta o diseñador de naves siderales disidentes.
Su dedicación profesional-vocacional la vive como abogado en ejercicio en Córdoba- siendo licenciado en Derecho por la Universidad de Córdoba -a la que durante una etapa dedicó labores de profesor-asociado-.
Obtuvo el título de Experto Universitario en Criminología por el Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología (sección de Córdoba) donde diversas ciencias convergen con otras humanísticas para comprender el hecho de la conducta humana y su relación con el delito, entre otras cuestiones no menos interesantes.
Como suele decir, las cosas que vamos haciendo, aunque parecen muy dispersas, al final acaban encontrándose en un punto común, de cruce, en el que confluyen, caminan en paralelo y finalmente se interrelacionan, dotando ese mismo cruce de sentido.
Profesa la mediación -civil en concreto- a la que dedica otro tanto por su valoración de lograr otras formas de ver y ejercer el Derecho.
El impulso interno de todo lo que bulle en él, necesita expresarlo de una u otra forma, bien de forma creativa en variadas áreas (escribir, dibujar, fotografía, video creación…), o calmar su afán por la arquitectura y el urbanismo a través de las maquetas de edificios, o disfrutar del Club de Cine de la Filmoteca, leer ensayo o poesía, narrativa, ver exposiciones o redescubrir lo que la historia esconde tras las piedras de los edificios…puro deseo por conocer y tratar de comprender.
Comparte su vida con el proyecto vital que crea junto con su mujer Araceli, que ha de aguantarle todos estos locos proyectos en los que se afana. Un impulso para no caer en la rutina y una fortaleza para avanzar con paso firme, en especial, cuando la vida lleva a adoptar compromisos por otros seres humanos. Necesaria fortaleza interior que nace de ese encuentro con ella y de un día a día preparado para encontrar lo mejor en cada etapa y suceso que acontece.
El mejor anhelo es el compromiso por entender y comprender al ser humano y sus problemas vitales. A partir de ahí optar, con la empatía y la esperanza cargada al máximo, por buscar salidas, encuentros, respuestas a tantas cuestiones que hoy día son piedra de toque para cualquier mente mínimamente versada y experimentando la humanidad, la vida y sus cosas,
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Instituto Ouróboros 